jueves, 21 de febrero de 2013

El invitado que me conoce

Via Crucis de bronze (Via Conciliazione)
A menudo, la Cruz nos ayuda a conocernos
Al salir a la calle el sábado 9 de febrero pasado y ver a un hombre de negro con alzacuellos, dudé si era un sacerdote o iba disfrazado. Después de unos minutos, pensé que el que iba disfrazado era yo.

Hay momentos de mi vida en los que me pregunto si el invitado imprevisto es real o se trata de un cuento o una pesadilla… Es uno de esos momentos de duda por los que atravesamos los hombres en la vida, donde descubres que ni todo es un camino de rosas ni todo son espinas.

Hace 20 años me fui a Valladolid a hacer el servicio militar, cuando en España era obligatorio. Lo hice porque al terminar la carrera quería subir rápidamente a los andamios y dirigir obras.

Este fue uno de los motivos por los que estudié arquitectura técnica. El otro fue que mi tío también la había cursado y me atraía su trabajo.

Entonces jugaba de lateral izquierdo y aunque pensaba que estaba por encima de la media, la verdad es que siempre me escogían de los últimos.

La enfermedad me ha ayudado a conocerme, a distinguir lo esencial de lo superficial, lo que soy yo de lo que es mi disfraz.

El miércoles de la semana pasada me impusieron la ceniza en la frente; como se la imponían a mis padres, a mis abuelos, a mis bisabuelos,… Era Miércoles de Ceniza.

Después de tanto tiempo, parece que sólo ahora se cuestionan algunos aspectos que forman parte esencial del hombre, que se nos recuerdan en Cuaresma; como el recogimiento interior, la reflexión del sentido del sufrimiento humano y de la propia existencia.

Entiendo que la invitación de la Iglesia a todos los hombres en este tiempo de Cuaresma, es una ayuda inestimable para recordarnos que el fin último del hombre en la tierra es conseguir el Cielo. Y que nuestros disfraces y caretas polvo son y en polvo se quedan. Es importante –me parece– que alguien o algo (un tiempo determinado) de vez en cuando nos recuerde quiénes somos realmente. Yo, tengo una sesión continua que me lo enseña. Un invitado realmente imprevisto... aunque cada vez menos :)

1 comentario:

  1. Razón tienes y sabiduría aportada por "EL INVITADO IMPREVISTO"...aunque cada vez lo es menos.
    Adolfo

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