lunes, 23 de mayo de 2016

¡Un pacto chino!


Este fin de semana ha vuelto a suceder algo que va siendo habitual, vienen a mi casa familias al completo.

Ahora que tengo El invitado imprevisto en chino, les propongo hacer un pacto, un “pacto chino” les aclaro.

Los más pequeños me miran con cara de asombro y para romper el hielo les digo: una de las características de los pactos chinos es que son con chuches... podéis abrir el cajón superior del archivador y veréis todo lo que os comento.

Cuando abren el cajón y ven todas las golosinas parece que no se lo acaben de creer, pero cuando les enseño el libro en chino comprueban que todo va muy en serio.

Por mi parte les explico que voy a rezar y ofrecer todas las molestias de mi enfermedad por cada uno de ellos. Los más pequeños ponen cara de sorpresa, pero al final empiezan a decir lo que ellos están dispuestos a hacer: dejar ordenado el cuarto, obedecer a la primera, no enfadarse…

De esta forma, entre todos, encomendamos el posible viaje del Papa a China. Antes de irse, con el libro ya en la mano, les digo que entre todos podremos rezar por ese viaje tan importante.

Por último, concluyo la visita diciéndoles que el primer ejemplar en chino se lo he dado al Papa, con una carta en la que le decía que pediré oraciones por esa visita. Con cierta intención les explico que se trata de un trabajo en equipo, por lo que todos debemos implicarnos.

De esta forma damos concluido nuestro pacto chino con el compromiso firme de ofrecer a Jesús lo que nos pueda pedir para ser mejores.

martes, 10 de mayo de 2016

¡Todo esto me parece una pequeña locura!


Si alguien me explicara todo lo que me ha sucedido en los últimos días, no me lo podría creer.

Resulta que el pasado día 7 de abril fue la entrega de los Premios Romper Barreras, en el aula magna de la Universidad Abat Oliba, cuando todavía tenía en la cabeza la edición en chino de El invitado imprevisto...

Por poner un poco de orden empezaré hablando del acto de entrega de los Premios y después explicaré por qué lo relaciono con la edición del libro en chino (aprovecho para animarte a que no dejes de apuntarte al "reto del millón".

El evento fue muy emotivo, sensacional diría yo, donde se destacaron a los principales protagonistas: las personas con discapacidad, que luchan día a día para aumentar su autonomía y mejorar su calidad de vida.

Por otra parte, ya tengo los 300 ejemplares de la edición en chino de El invitado Imprevisto.

Rápido he relacionado una cosa y otra, ya que puede parecer una pequeña pesadilla el simple hecho que algunas personas tengan que convivir toda una vida con alguna discapacidad y otras no. El libro es como un pequeño despertador que me recuerda lo que me voy a encontrar cara a cara una vez deje esta vida, es decir, el Cielo.

Al ver el texto en chino de la nueva edición, me doy cuenta de que todo es un problema de tiempo y de fe, ya que cuando Dios me llame entenderé muy bien de qué ha servido tener esclerosis desde 1990. Estoy seguro que el libro será de ayuda para que yo consiga mi santidad personal y a la vez sirva de catapulta para que muchas personas también la consigan.